III Coloquio: Familias en las Fronteras
El tercer coloquio nos lo presentaron Pedro Mendoza, jesuita del Centro de Orientación Integral a la Familia de La Coruña y Ana Berástegui, investigadora del Instituto Universitario de la Familia de la Universidad Pontificia Comillas. Tres vídeos dieron pie a las preguntas que se hicieron a las tres familias invitadas: la Familia Vallejo; la familia Zapata, bolivianos (del programa de Viviendas de Pueblos Unidos) y la familia Lacadena-García Gallo. Sus intervenciones fueron muy variadas y ricas, aquí dejamos sólo un botón de muestra.
El coloquio comenzó con una oración de las Fronteras basada en textos del Padre General.
Dos jóvenes de la familia Lacadena explicaron cómo veían desde su experiencia en otros países las familias fuera de nuestras fronteras. Daniel nos habló de su vivencia en Camerún y de las diferencias en la concepción de la familia en África pero manifestó que a pesar de las diferencias “aquí, en tiempo de crisis las sensación de permanencia y de cómo la familia hace de paraguas nos asemeja”. Su hermana Pilar, psicóloga que ha hecho prácticas de familia en un hospital de Nueva York nos explicó los cuatro patrones educativos: el permisivo, el negligente, el autoritario y el estilo de crianza autoritativo. Este último sería el más válido porque con él, explicó, “podemos ser capaces de ajustar el afecto a los hijos con las exigencias”.
Los presentadores introdujeron el tema del cambio generacional en las familias. Francisco Vallejo preguntado sobre ¿Qué le diría tu padre a tu nieto? Respondía “Mi padre le diría que fuera feliz, que Dios le ha creado para ser feliz y también le diría que en la familia vas a encontrar a las personas que te quieren y que te van a ayudar. La familia es donde te van a aceptar como eres, te vas a poder desarrollar como eres”. Su mujer, Paquita quiso dar gracias por ser abuela, porque “es la guinda de la vida”.
La Familia Zelada, de Bolivia, fue preguntada por los principales problemas a los que se enfrenten como padres. Dalia habló de “inseguridad; pensamos darle seguridad a nuestros hijos, nos preocupamos por lo económico y dejamos de lado estar más tiempo con ellos, escucharles; debemos sobre todo escucharles, además, nuestros tres hijos no tienen a sus abuelos cerca”. Por su parte Eric señaló que “otra cosa que nos está faltando es la fe. Dejas las creencias a un lado, nos encaminamos a otras cosas”.
Después vimos un vídeo de una espectacular y entrañable proposición de matrimonio de un joven judío estadounidense llamado Isaac
http://youtu.be/5_v7QrIW0zY al que siguió la pregunta sobre qué era lo mejor del matrimonio.
Para Isabel Lacadena, que conoció a su marido Juan Ramón con 16 años: “La familia es la institución más valorada por los jóvenes pero el matrimonio no tiene muy buena prensa, se habla de pareja, no de matrimonio. Hemos hablado a los hijos de la realización personal y el matrimonio parece un freno. Sin querer, muchos padres transmiten el ‘piénsatelo bien, que te puedes equivocar, que luego viene la ruptura’”. Para ella “Hay que transmitir lo bonito del matrimonio, del amor, el te quiero y quiero quererte. Es fundamental la voluntad: aposté por esta pareja y puede estar segura de que estaremos así siempre. Cuando un hijo nuestro nos preguntó, ¿Y tú crees que voy a ser feliz en mi matrimonio? Le contesté: ‘Piensa solo en hacer feliz al otro y entonces serás feliz’”. Por último compartió que para ella, “El matrimonio me ha acercado a Dios”.
El vídeo “Los niños ven, los niños hacen” (http://youtu.be/8AcWo3gbtBk) nos introdujo en el tema de la formación y educación de los hijos. Pilar Lacadena dijo que “El gran reto como padres es saber encontrar la distancia óptima, que depende la edad, entre sobreprotegerles pero no dejarles, no conducirles pero ayudarles a seguir su camino; ir detrás de ellos a veces, ser una red… a veces abrumarles pero no desasistirles, saber estar, querer, aceptarles cuando los hijos son originales… sembrar, esperar”.
El último vídeo (What’s that?:
http://www.youtube.com/watch?v=kckeoENihKM
nos hablaba de la comunicación con los hijos. Con gran valentía, Dalia, con un hijo de cinco años autista contó lo dura que es su situación “es muy dura, hemos aprendido a valorar, a festejar que mi hijo diga ‘mamá tengo sed’. Hay muchas familias que no saben comunicarse con sus hijos. Hasta que no te pasa algo fuerte no sabemos valorarlo. A mis otros hijos les ha tocado lo más duro, con su hermano. Le enseñamos el valor de la comunicación. Pediría a las familias que escuchen a sus hijos: nuestros hijos tienen mucho que decirnos”.
Finalmente, entre todos los presentes completaron un álbum de palabras sobre la familia: raíces, darse, esperanza, el amor, cariño, perseverar, resilencia, alegría, confianza, tolerancia, compartir, pensar en positivo, comunicación, somos familias cristianas pero somos imperfectas, confianza total en Dios, saber pedir, disponibilidad, fraternidad.